La semana pasada tenía cena con uno de mis grupos de amigos. Una de las chicas colabora con Cesal y me pidió que reservara en el Mercado Escuela de San Cristóbal gestionado por esa ONG. Este mercado ha reabierto sus puertas con motivo de su 50 cumpleaños como el primer mercado escuela de Europa, donde se forma en oficios tradicionales a jóvenes en riesgo de exclusión para que puedan encontrar trabajo. Nos gustó a todos la idea de vernos en un lugar diferentes con un gran objetivo y acertamos, porque en el Mercado Escuela San Cristóbal se come muy bien.

El Mercado de San Cristóbal
El Mercado de San Cristóbal fue inaugurado en 1974 entre las casas de la Colonia de San Cristóbal proyectadas por el arquitecto Secundino Zuazo y conocidas como “Las ochocientas”. Con su reapertura como mercado escuela vuelve a cumplir con su función de mercado de barrio de toda la vida, al tiempo que forma a estos jóvenes en oficios tradicionales. Cada puesto acoge a algún joven en formación para que puedan trabajar más adelante como fruteros, carniceros, panaderos o pescaderos. Además, el mercado cuenta con un restaurante que se abastece de los puestos del mercado y en el que otros jóvenes se forman como cocineros y camareros. Nos encantó ver como trabajan y el orgullo de los que ya han llegado a profesionales y como ayudan a los nuevos que empiezan. Los profesionales tienen uniformes blancos y los aprendices negros para que así el cliente entienda que están aprendiendo.

Algunos empresas del mercado
Algunas de las empresas que tienen puestos en este mercado son Cafés Güilis, fundada en Madrid en 1928; Jamonalia, de jamones, embutidos y quesos artesanales; Carnicería Orgaz de productos cárnico y Pescados Madrid, fundada por la familia Sánchez Vega en 1976. Son productos de muy buena calidad, las personas que atienen encantadoras y los puestos luminosos y atractivos.

El restaurante de San Cristóbal
El Mercado Escuela de San Cristóbal cuenta con mucha luz natural que entra por sus ventanales de arco invertido que hace un guiño a la arquitectura original de las viviendas de alrededor. Nosotros fuimos de noche, llovía y había niebla, apenas se veían las Cuatro Torres, y al entrar fue como un oasis. El interior es de ladrillo visto y madera y se ha reformado como un lugar energéticamente eficiente y sostenible. La zona de restaurante es bastante grande porque se extiende a lo largo de todo el mercado con zonas de mesas altas y otras bajas. Nosotros cenamos en una mesa baja, larga, de madera clara; éramos ocho.

La cocina
La cocina es tradicional de mercado y priman los productos de kilómetro 0, frescos y de temporada de los propios puestos del mercado. La carta es larga y atractiva y apetece pedir casi todo. Nosotros elegimos platos que se pudieran compartir, unos se sirven por raciones y otros por unidades, y cenamos muy bien. Ellos nos pusieron como aperitivo unos platos con mortadela y picos. Nosotros pedimos gildas.

Una tortilla de patata, que hacen estrecha y alargada; croquetas de jamón ibérico que me encantaron.

Volandeiras (zamburiñas) gratinadas, una tabla de queso de montaña y una fuente de pescaíto a la andaluza.

De postre tomamos una ración de tarta de chocolate y otra de tarta árabe, las dos muy ricas.
- Precio medio 20€ con lo que tomamos nosotros, pero puede ser más si se toma carne o pescado
- Cierra los domingos
- El servicio es muy amable
C/ del Conde de Torralba, 11 teléfono 91 044 41 18 Mapa de situación.

Doy fe de que el mercado de San Cristóbal es un sitio excelente para comer con productos de primerísima calidad y con una labor social encomiable. Creo que deberíamos de hacer todo lo posible por divulgar. Este lugar merece la pena desde luego.
Muchas gracias Hernán por tu comentario. Merece la pena porque, además de disfrutar de buena cocina, ayudamos a jóvenes a buscar su futuro. Un abrazo