HA CERRADO Este fin de semana he ido a cenar a Tanta, el hermano pequeño de Astrid y Gastón. No hablaría de este restaurante, como hago con otros muchos a los que voy y  no me gustan, porque la idea de este blog, en principio,  es recomendar más que criticar. Aunque en algunas ocasiones, como esta, voy a contar mi experiencia, ya que hace una semana  hablé del estupendo Astrid y Gastón  y Tanta podría considerarse como su opuesto más que  como un miembro de la misma familia.

 

Decidí conocer este restaurante porque la persona con la que iba a cenar tenía ganas de cenar comida peruana,  y como a mi me apetecía  conocer un sitio nuevo la ocasión era ideal para cenar en Tanta. Pensaba que al ser de los dueños de Astrid y Gastón era una apuesta segura.

Al llegar la impresión fue buena. Me gustó la decoración y, como era temprano, el ambiente era bastante tranquilo y agradable, pero en cuanto pedimos la cena todo fue a peor. Faltaban, un día de fin de semana a las nueve y media de la noche, varios platos de la carta. El servicio se paseaba alrededor de las mesas pero  como si estuvieran ausentes. Nos atendieron y  trajeron el primer plato enseguida, pero a partir de ahí, dejamos de existir. A la media hora, una de las camareras nos preguntó  si teníamos segundo y, al decirle que si, fue a buscarlo a la cocina. Trajeron uno de los platos  que habíamos pedido. Hasta ese momento no retiraron los platos sucios de los entrantes y nos dejaron los mismos cubiertos (los cuchillos con la mayonesa de la causa fosilizada) para usarlos con  el pescado.  En vista de que no traían mi segundo plato mi acompañante tuvo que empezar a comer porque el pescado se estaba enfriando. Cuando él  hacía rato que había  terminado conseguí ver al maitre y le expliqué que mi plato seguía sin llegar, y por fin conseguí acabar de cenar.

Al final se disculparon y el postre y la cuenta los trajeron bastante rápido.

Decidí conocer este restaurante porque la persona con la que iba a cenar tenía ganas de cenar comida peruana,  y como a mi me apetecía  conocer un sitio nuevo la ocasión era ideal para cenar en Tanta. Pensaba que al ser de los dueños de Astrid y Gastón era una apuesta segura.

La comida es buena, tomamos causa  limeña y yuca  a la huancaina de entrada, y de segundo pez mantequilla y ají de gallina. De postre «suspiro de limeña»  consistente en una copa de dulce de leche bastante agradable.

Por supuesto que no esperaba que este restaurante fuera como su hermano mayor, es otro concepto, pero sí que siguiera unas pautas de atención al cliente, al menos en la misma línea.

No admiten reservas. Acaban de inaugurar, así que habrá que darle otra oportunidad.

No cierra

Precio medio: 40 euros

– Lo mejor:  El pan. Es como un bollo  dulce y lo sirven  acompañado de salsa de rocoto

– Lo peor: El ruido y la atención

Plaza del Perú, 1 Teléfono 913 502 626 Mapa de situación