HA CERRADO. Actualizado el 5 de noviembre de 2014. Desde principios de este año, cuando Jesús Almagro se hizo cargo de la cocina de este estupendo restaurante,  he ido en varias ocasiones y siempre ha sido un éxito. Desde que conocí Piñera, hace ya bastantes años, siempre ha estado en mis top 5 para organizar almuerzos de trabajo.  Desde que llegó este cocinero reconocido con el prestigioso premio Bocus D’or, me encanta ir cada vez que puedo, sobre todo a tomar uno de sus platos de cuchara. Hoy hemos pedido casi todos el guiso de patatas con pescado y marisco y nos ha encantado.  Como entrantes para compartir hemos pedido pulpo, uno de los más tiernos de Madrid, y setas, entre ellas trompetas de la muerte,  con huevo cocido a baja temperatura que estaba espectacular.

Jesus Almagro, Piñera

Foto de Jesús Almagro (facebook de Piñera)

2010 Cada vez crece más mi lista de restaurantes. La tengo dividida entre sitios nuevos para conocer, clásicos que todavía no conozco, sitios a los que tengo que volver y unos cuantos apartados más.  A veces me resulta difícil decidir a dónde quiero ir y, además, en ocasiones me invitan con el sitio ya cerrado. Pero debo decir que, con la cosa del blog, me dejan elegir muchas veces. El viernes por fin fui a Piñera; ya era hora.

Había oído que se come muy bien e iba con muchas expectativas. Nada más entrar lo asocié con un restaurante para almuerzos de trabajo. La decoración es muy clásica y la media de edad de la gente que había era bastante alta.

Desde el primer momento mi percepción del restaurante y la de la persona que me había invitado estaban llenas de imágenes contradictorias. El servicio amable, atento y rápido no casaba con el ambiente extremadamente ruidoso y lleno de humo. Cuando pedimos el vino queríamos un Albariño, que es el que nos gusta a los dos cuando tomamos pescado; nos ofrecieron enviarnos al sumiller pero no nos dieron una carta de vinos que tuviera los precios. Un vino puede cambiar completamente el precio de una comida.

Empezamos a cenar y, de aperitivo de la casa, nos pusieron muslito y huevo de codorniz con patatas paja diminutas, que estaba excelente. De primero tomamos, para compartir, alcachofas – en su punto, de las veces que me han parecido mejor cocinadas – con sopa de turrón, vieiras y tuétano. De segundo pedimos bacalao y lubina, los dos deliciosos. Los acompañamos con un Ferreiro estupendo.

Este párrafo, para no crear confusión, lo escribí la primera vez que fui a cenar y todavía se podía fumar. Ahora no existe este problema y se come hasta el postre en un ambiente muy agradable.A la hora del postre era imposible seguir comiendo porque se masticaba el humo, y así se lo dije a la camarera cuando vino a preguntar qué queríamos tomar. Le dijimos que muchas gracias, pero que era imposible seguir comiendo.  A los cigarros de casi todas las mesas se unían los puros de una mesa de señoras que teníamos al lado; todas fumando puros a la vez.

Vino el maître a ofrecernos un cambio de mesa al comedor de no fumadores. Me quedé muy sorprendida porque pensé que no tenían. Lo normal es que cuando llamas para hacer una reserva te pregunten si quieres fumar, y si no, que te pongan en el de no fumadores, pero no al contrario, como sucedió aquí.

Mi compañero de cena, que se había quedado muy frustrado sin postre, nunca toma dulces, pero  había visto unos quesos con una pinta fantástica, aceptó encantado el cambio. Tengo que decir que nos pusieron una mesa en no fumadores y nos trajeron una bandeja de quesos y dos copas de un Ribera del Duero estupendo. La fuente de quesos está compuesta de unas seis variedades, dos trocitos de cada una, acompañadas de diferentes confituras, todas caseras elaboradas en el propio restaurante. Estaban riquísimos.

A continuación tomamos café acompañado de unos chocolates y unas mini manzanitas dulces que, como nos explicó uno de los camareros, son como las que se compran en los puestos de las ferias.

Cuando trajeron la cuenta, nos habían invitado a lo que tomamos en el comedor de no fumadores. Me parece un detalle por su parte.

No cierra

Precio medio: 65 Euros

– Lo mejor: La calidad de la comida y el servicio

– Lo peor: No preguntan si eres fumador

C/ Rosario Pino, 12. Teléfono 914 25 14 25   Mapa del sitio