Actualizado el 29 de junio de 2019

Hacía mucho tiempo que no iba a comer al Bar Tomate, es posible que más de cinco años. Ayer me invitaron a almorzar aquí y acepté encantada, me apetecía mucho volver. Este restaurante siempre ha dado mucho que hablar de hecho, así empezaba mi post cuando actualicé por última vez la información: «Es curioso, pero a pesar de sus detractores el Bar Tomate sigue siendo el lugar de moda desde hace mucho tiempo. Yo fui a cenar un par de veces cuando se acababa de inaugurar y he tardado en volver porque se ha puesto tan difícil reservar que no me merece la pena». 

 

Algunos medios, hace ya cinco o seis años, escribían que el Bar Tomate es puro marketing, pero yo creo que cuando un sito es capaz de mantenerse tanto tiempo en el «candelabro», como decía alguna guapa de nuestro panorama nacional, es por algo y ayer estaba completamente lleno.

El Bar tomate cuenta con la sala y una gran zona de barra, que son completamente independientes una de la otra. La decoración con suelos de madera y muebles retro era muy original cuando lo abrieron y me gustó mucho desde la primera vez que fui. El ambiente es muy bueno y te encuentras con gente de todas las edades. Está abierto desde las 8:30 de la mañana y se puede comer a cualquier hora del día y hasta las 12 de la noche. Los sábados y domingos abren a las 10 y la cocina sirve hasta las 2 de la mañana y cuentan con DJ.

 

La cocina es mediterránea, de mercado. Como es lógico, la carta ha ido cambiando desde que se inauguró, aunque siguen ofreciendo el mismo tipo de platos. Ayer pedimos todo para compartir, empezando por unas croquetas de berenjena que estaban muy suaves. También tomamos ensaladilla rusa con carpaccio de bogavante por encima y tacos de pato pekín, que me pareció el plato mas rico. En mi post original estos son los platos a los que hacía referencia: muy ricas las croquetas de ceps, las patatas Buthan y las alcachofas fritas, estas me las recomendaron desde la primera vez que fui y siguen en la carta. La hamburguesa, la carne estaba muy suave; los tomates agridulces, que no me parecieron gran cosa, y el pastel de huevo poché con sobrasada, muy rico pero un poco fuerte.

Desde el principio me llamó la atención  que las mesas para dos personas están pegada a la pared donde tiene la bodega. A cada rato te pasan los camareos literalmente «por encima» para coger botellas.

[rating]

Look:  sport.

NO CIERRA

PRECIO MEDIO 30€ 

– Lo mejor: El conjunto del restaurante.

– A mejorar: Las mesas están muy pegadas unas a otras.

[/rating]

C/ Fernando el Santo, 26. Teléfono 917 023 870. Mapa del sitio