Este año elegimos la terraza de Doña Luz para celebrar el Día de la Madre. Un restaurante escondido en una azotea de la calle Montera. Se entra por un pasillo largo y estrecho que te lleva hasta un ascensor que da la sensación de que sube “a no se sabe donde”, pero al llegar, merece la pena.
Abierta en invierno y verano, cuenta con una zona de acceso descubierta y otra cubierta. En la entrada se han instalado algunas mesas altas para tomar algo de manera informal. En la zona cubierta está la sala principal dividida en dos espacios y una terraza exterior para comer al sol. Se ha decorada como un patio colonial de Cartagena de Indias una ciudad que me fascina, aunque hace años que no voy. La azotea está rodeada de cristaleras que permiten mantenerla abierta en invierno.
La cocina se basa en recetas de América del Sur, aunque también tienen productos de otros lugares del mundo. Los helados son valencianos. Tomamos todo para compartir: guacamole con jalapeños; tacos de salmón y totopos de maiz; tequeños y chips de plátano con mayonesa de cilantro y salsa de frijoles negros, muy suaves; Una ración de arepas variadas -se pueden elegir tres de la carta. Pedimos las de pollo estilo tinga poblana, guacamole, bacon crujiente y plátano; la de ternera guisada con frijoles negros y queso y la de jamón ibérico guacamole y queso manchego. Para terminar tomamos los tacos de bogavante con aguacate y mango, que fue lo que más nos gustó. No nos cupo el postre. Creo que pedimos demasiado, porque las raciones son grandes y todo era muy fuerte, pero en días así, los hijos mandan.
El servicio es muy amable. A pesar de ser un día difícil para cualquier restaurante por la cantidad de gente que sale a comer, las numerosas mesas con niños y de cochecitos de bebé en cada rincón de los restaurantes, fueron encantadores y nos atendieron muy bien.
C/ Montera 10 Teléfono 91 731 67 57 Mapa de situación.