HA CERRADO Hace unos días fui a cenar al Restaurante A, el  secret club inaugurado hace menos de un mes por los dueños de los restaurantes Arzábal.  Este tipo de establecimientos que triunfan en Nueva York, Londres y París, sin embargo, despiertan poco interés en nuestro país. Espero que esta vez no sea así, porque es muy agradable encontrar sitios diferentes a donde ir.

Nada más descubrir su existencia,  hice la reserva a través de internet en la página de A de Arzábal. Me enviaron por mail un código de reserva y, un rato más tarde, me confirmaron la mesa. Al parecer, el objetivo es que funcione como un club al que se pueda acceder mediante reserva o estando registrado como socio. En este último caso te proporcionan una tarjeta de acceso y puedes ir sin reservar, acompañado de un máximo de tres personas.

Al restaurante se accede por una puerta enmarcada en una fachada negra y el único indicativo es la letra A. Nos costó encontrarla; de hecho, llamamos a Arzábal para reconfirmar la dirección.

El local se compone de dos plantas: en la primera, a la que se accede desde la calle, se encuentra el bar donde destaca la barra llena de botellas de colores. Al frente se encuentra Pablo Collantes, que nos ofrece una gran variedad de cócteles. También cuentan con un gran número de referencias de champagne. En el centro de la sala se ha instalado una mesa muy grande donde se puede comer o picar entre horas. La iluminación de este nuevo club es muy tenue, a base de luces indirectas.

En la planta baja el estilo cambia. La iluminación sigue siendo muy suave y la decoración es como una sala de un club inglés. Mesas bajas y sillones chester, sobre las mismas servilletas de hilo y champanera. En una de las paredes se ha creado una pequeña biblioteca que, en realidad, es una barra donde se elaboran en directo platos japoneses.

La carta está dividida en dos partes, una de platos japoneses y la otra con embutidos y las típicas croquetas de Arzábal, junto a otros platos de los que se sirven en ese mismo restaurante.

Tomamos para compartir de la carta japonesa gunkan de pez limón y makis de huevo y trufa, y de la carta española, croquetas y fingers de pularda, estos últimos muy ricos pero picantes (no lo pone en la carta). Para beber, un par de vinos y una caña.

Cierra los lunes

Precio medio: 50 euros

-Lo mejor: Es un sitio completamente diferente

-Lo peor: Es un poco caro

C/ Antonio Acuña, 19. Mapa de situación