HA CERRADO Inaugurado en 2001, conocí el restaurante Santceloni, por casualidad. no mucho tiempo después.Un cliente había pedido a una amiga mía reunirse allí con ella para un almuerzo de trabajo y se le olvidó la cita.
A las tres de la tarde, mi amiga se encontraba sola desde hacía una hora en el restaurante más cotizado de Madrid, sin cliente y por lo tanto, con el acuerdo que había que celebrar sin firmar, y el camarero esperando a que eligiera lo que pensaba almorzar. Me llamó para que fuera en su auxilio, yo estaba acabando de comer pero la acompañé. Aunque solo pude probar un poco lo suyo y tomar el postre, me encantó. Esta semana he vuelto porque mi sobrina me pidió como regalo fin de carrera ir a cenar a Santceloni.
Santceloni nació de manos de Santi Santamaría y tras su muerte ha continuado como el excelente restaurante que siempre fue. Liderado por Óscar Velasco, jefe de cocina, Abel Valverde, jefe de sala y David Robledo, sumiller, cuenta con un equipo estupendo en sala. Creo que es uno de los restaurantes de Madrid donde mejor se puede apreciar el trabajo en conjunto de un buen equipo. La profesionalidad, amabilidad, discreción, agilidad, coordinación… serían algunos de los adjetivos que definen el servicio de este dos estrellas Michelín.
En cuanto a la decoración, me parece uno de los restaurantes más elegantes de Madrid y nada más entrar te sientes en un espacio diferente. Me encanta ir con mis chicos a cenar a este tipo de sitios porque se fijan en los detalles y los comentamos. Las mesas están muy separadas de manera que ves muy bien al resto de comensales pero te da la sensación de que el restaurante es solo para ti. La sala cuenta con tres espacios: el primero es de planta rectangular y en el centro se encuentran dos grandes mesas de apoyo a los camareros, que nos encantaron, una con sartenes de cobre colgando sobre ella desde el techo y la otra, rodeada de las espectaculares mesas de quesos.
Al fondo aparece una pequeña escalera de acceso a una zona, con aspecto de balcón interior, donde se sitúan el resto de mesas. Y en uno de los laterales se encuentra el reservado, separado da la sala por una escultura de Manolo Valdés, una máscara de dos caras (una mira al comedor y la otra al reservado) rodeada de hojas. Antes de marcharnos, muy simpáticos, nos dejaron (era casi la 1 de la madrugada y terminamos casi los últimos) entrar al reservado a ver la escultura del otro lado y hacer algunas fotos.
En la cocina se emplea un producto de altísima calidad elaborado manteniendo mucho olores y sabores originales. Se puede comer a la carta o elegir entre tres menús: degustación (150 €) menú de trufa (180 €) y gran menú, personalizado por el chef (180 €). Si se quieren con maridaje hay que sumar 70€ y con gran maridaje 120 €.
Nosotros pedimos el menú degustación, os pongo una foto a continuación del mismo y os cuento lo que no aparece recogido.
Los aperitivos consistieron en: ensaladita de salmón de primero, a continuación nos sirvieron en una bandeja pequeñita, todo lo sirven individual para cada comensal, que contenía yema de huevo pochado, berenjena rebozada con menta, paté en una yema de huevo blanco y dulce y tortilla de camarón con base de guisantes. Los siguientes aperitivos fueron tomate con salsa de aguacate y como último sopa de jamón con habitas y papada de cerdo.
En el menú el pescado del día era cabracho y sustituimos el cabrito por jarrete de ternera blanca, deshuesado en sala, con puré de patatas. Este es el único plato que no se ha movido de la carta desde la apertura del restaurante y según mi hijo, “solo con haber probado el jarrete ya me habría merecido la pena venir a Santceloni”.
Los petitfour incluían varios pastelitos, entre ellos un macaron y un bombón deliciosos.
Una de las mesas de queso ( son dos). Es el restaurante que cuentan con la oferta mejor y más variada de nuestro país
En cuanto a la bodega, disponen de unas 1.600 referencias. Los chicos están en plenos exámenes y, como he dicho muchas veces, yo solo puedo tomar blanco, así que en lugar de pedir el menú con maridaje pedimos que nos recomendaran un blanco rico y suave. Tomamos Albariño, nuestro blanco preferido, Leira de 2012 y como nos acabamos la botella, probamos un Riberio, hacía años que no tomaba, Versatus también de 2012. Con el jarrete de ternera los chicos tomaron una copa de tinto del Empordá, Vinya Selva de 2000.
Para terminar, los tés y cafés los sirven en un inmenso baúl que da la sensación de que los acaban de recibir por barco de algún país lejano y exótico. El baúl, así como las mesas con los quesos los traen directamente a la mesa. Nos encantó la idea.
C/ Pº de la Castellana, 57 (Hotel Hesperia) Teléfono 912 10 88 40 Mapa de situación
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Si alguna vez te pasa a ti lo que le ocurrió a tu amiga, me llamas, que voy rauda!.
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Reblogueó esto en yofumoenpipa.
[…] momento el sitio de moda, es La Cesta de Recoletos. Este restaurante es una apuesta del equipo de Santceloni que ha puesto el saber y experiencia de un grupo de “estrellas Michelin” para crear un […]