HA CERRADO. El miércoles fui con mi amiga Teresa a comer a Plática, un nuevo restaurante que dará que hablar. Es el proyecto de tres emprendedores venezolanos: Verónica, Rebeca, y su marido, Luis Felipe. En Plática han querido recuperar sus raíces españolas a través de la cocina. Rebeca nos contó el cariño con que recuerda sus charlas familiares alrededor de la mesa durante sus veraneos en Galicia. De ese recuerdo surgió el nombre: Plática.
Decoración
El diseño del restaurante, realizado por Kombu Design, se inspira en la fusión de las cocinas que vamos a encontrar en la carta. La luz ha sido un elemento fundamental de la decoración y, jugando con ella, se han creado diferentes espacio que propician la conversación, la plática. Cuenta con grandes cristalera a la calle. Me encantó como han enmarco la luz natural que reciben con luz artificial. Otro detalle a destacar es la mezcla de colores y texturas que dan un toque sofisticado y a la vez sencillo y elegante al restaurante. Al entrar llama la atención una gran barra que invita a sentarse a comer. Al fondo está la sala, un poco más formal y junto a esta cuentan con un reservado para unas diez personas.
Cocina
La cocina es española con un toque nikkei. Está en manos del chef Alberto Checa, español, que cuenta con el apoyo del peruano Kevin Nieto. Los platos se basan en la calidad de la materia prima y los productos de temporada. La carta fusiona sabores de Europa, América y Asia e incluye platos vegetarianos y aptos para celíacos. Los platos se elaboran con diferentes técnicas culinarias que les dan una gran personalidad. Tanto a mi amiga como a mi nos llamó la atención el punto perfecto de textura y sabor de todos los platos, como si se hubiera controlado al milímetro el tiempo de elaboración.
Nosotros queríamos probar muchas de las cosas que vimos en la carta, pero sin llenarnos demasiado, así que nos dejamos asesorar por Sergio García, el maitre. Empezamos con unan papa rellena de carne picada, muy rica y nada pesada. A continuación nos pusieron ceviche, con mucho limón y con el pescado en su punto.
Seguimos con unas gyozas de pato y foie y arroz chaufa. Este se sirve acompañado de chalaquita, una salsa de tomate un poco picante, que le da un sabor muy rico. Después llegó uno de los platos estrellas del restaurante, el cochinillo crujiente. Lo sirven con la piel casi transparente que se despega, es de los más ricos que he probado. A la hora del postre ni nos preguntaron, Sergio nos trajo la cookie que es deliciosa.
Además de la carta, disponen de dos menús: el premium de 16 euros, y el de lux, de 35, donde siempre están presentes el lomo de vaca y el cochinillo.
Llama la atención la cohesión del equipo y la manera en que trasmiten las ganas de que el comensal disfrute y, además, lo consiguen.
C/ Recoletos, 13 Teléfono 660 25 81 84 Mapa de situación.