HA CERRADO El sábado fui a cenar a Luma, el nuevo restaurante peruano de Omar Malpartida. Este chef, al que conocí en Tiradito, me pareció uno de los mejores representantes de la auténtica cocina de su país. Luma es su proyecto más personal y en su restaurante quiere ofrecer cocina de verdad, “de origen”, que él encuentra en sus abuelas. A ellas rinde homenaje con el nombre del restaurante que nace de la unión de los nombres de las dos Lusmila y María: Luma.
Luma ocupa el local donde antes estuvieron Le Garage y a continución Meating, dos restaurantes que me gustaban mucho y cuyo espacio se presta a una decoración original y atractiva. En el caso de Luma predominan los tonos tierras y se han empleado materiales como la madera, el hierro y el granito. Al entrar, el espacio está presidido por una gran barra donde se puede comer de manera informal o tomar un cóctel. Alrededor de la misma se han dispuesto las mesas. A continuación se encuentra la sala en la que te sientes casi en un privado porque solo hay tres mesas que, además, están bastante separadas unas de otras. Cuentan también con “la mesa del chef” para una comida especial. Desde las mesas se ve el patio central, muy agradable.
Las recetas de Omar Malpartida mezclan productos peruanos importados directamente de su país con otros españoles adquiridos también en las zonas donde se producen. Sirve cocina de origen, mestiza, la auténtica comida que se toma en el Perú. La carta se estructura en torno a sus recuerdos y a diferentes rutas por el país andino. La presentación de los platos es preciosa y te sorprende desde que te sirven el aperitivo. Nosotros, yo no podía comer demasiado, pedimos todo para compartir empezando por el bombón crujiente de pularda guisado con ají amarillo, lo que más me gustó, aunque me encató todo lo que probamos. Seguimos con patacones con ibérico, mishquina, aji charapita y sachatomate. A continuación tomamos gauncaina, que me gusta muchísimo, con papitas canarias, oca, oyuco, espárragos trigueros y cremoso de ají amarillo y después saltado regional de la ruta Amazónica que era ciervo, de una textura increíble, con ají dulce, nuez de casho y mantequilla de comino. Terminamos la cena con “Selva Alta” un bizcocho de plátano, kefir, namaleka y chancaca.
Además de la carta sirven dos menús: Recuerdos consistente en nueve platos y Orígenes que incluye 12. Creo que merece la pena tomar alguno de los menús, así que tengo pendiente otra visita. Espero volver pronto porque Luma es uno de los mejores restaurantes peruanos de Madrid.
El servicio es estupendo
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