Hace unos días fui a cenar con una de mis hermanas y mi madre al restaurante Casa Alfonso -Entre Col y Col-. Mi hermana Aurora ya me lo descubrió hace algunos años, un fin de semana que me invitó a su casa para hacer una ruta gastronómica mano a mano. Me encantó y estaba deseando volver.
Esta semana queríamos invitar a mi madre en algún restaurante donde disfrutara de la cena y pensamos que Casa Alfonso le iba a gustar. Conoce a Alfonso Egea, el dueño, y al maitre desde que iba con mi padre a tomar arroz a su restaurante del hotel en Mil Palmeras.
Alfonso tiene una larga trayectoria profesional. Tras trabajar en diferentes sitios, inauguró su primer restaurante “Entre Col y Col” en Murcia y a continuación el de Campoamor. Más tarde cerró el de la ciudad y decidió centrar todos sus esfuerzos en la costa, en Casa Alfonso, sobre el que escribimos hoy. Este restaurante obtuvo su primera estrella Michelín en 2015, cinco años después de su inauguración y la mantuvo durante más de 10 años.
Con Alfonso, el martes después de la cena
El restaurante ocupa una casa bastante grande con un jardín estupendo. En la parte interior, el espacio consta de varias salas, no muy grandes, y algunos reservados. El jardín, hecho a base de rincones, es muy agradable para cenar en verano. Está lleno de árboles, arbustos y muchas plantas, a mi me encanta una cactus gigante que estaba justo al lado de nuestra mesa. Cuenta también con una gran barra y un reservado, mezcla entre cenador y una gran jaula. Durante toda la cena escuchamos una música muy buena. Casa Alfonso es mi sitio favorito de esta zona del Mediterráneo.
La cocina es clásica, basada en los platos de su familia, que Alfonso ha ido modernizando con su toque creativo. Nosotros fuimos a cenar y nos ofrecieron un menú degustación que el chef elabora según lo que le parece y el producto que encuentra en el mercado. Ese día el menú consistió en cuchara de foie con manzana, una mojama con tomate que estaba deliciosa, quisquillas, gambas al ajillo, lecha con chutney de hortalizas, y bikini de trufa y queso brie. De postre, helado de queso con frutos rojos y a continuación nos pusieron un mini gintonic. No aviamos sobre mi anisakis, así que no habían podido pensar un menú alternativo, pero cené muy bien. Para sustituir al pescado me pusieron jamón, unas croquetas deliciosas y solomillo a la plancha con verduras, todo muy rico.
El servicio estupendo, nos atendieron muy bien.
C/ Ronda de Garcilaso de la Vega, 70 Dehesa de Campoamor. Teléfono 965 32 27 17 Mapa de situación.