HA CERRADO Desde hace un mes, Madrid cuenta con un auténtico chiringuito en plena calle Mayor. El Chiringuito del Señor Martín es, en realidad, un restaurante decorado con estilo playero, buen pescado fresco y ambiente informal.
Hace un par de días me invitaron a una cata-maridaje o, como lo definió Vanesa, la responsable de la carta y de los vinos del restaurante, a una sesión de “armonías del chiringuito”. En la cata probamos cava, un vino blanco y otro rosado, acompañando a tres de los platos de la carta que más éxito están cosechando en la aún corta vida del restaurante.
Jesús Martín, dueño del restaurante, con Vanesa
En primer lugar, nos ofrecieron un cava Aire de L’origan brut nature, que me pareció un poco fuerte pero, como no soy muy aficionada al cava, mi opinión no tiene mucho peso en esta materia. Lo maridamos con ostra Gillardeu, cultivadas desde hace años en Francia por la familia del mismo nombre, que seleccionaron tras una cata de más de 10 especies diferentes. A continuación nos sirvieron un Albariño Jardín de Lucia 2013 delicioso, de este blanco soy fan incondicional, acompañado de una brocheta de rape y langostinos de Sanlucar, estupenda. De tercero, un rosado maridado con un cucurcho de calamares, hechos con harina de trigo de repostería y una cantidad más pequeña de harina de garbanzo y fritos con aceite de oliva virgen, que seguro que pasarán a la lista de los ricos, ricos de Madrid.
Me gustó mucho la decoración del local, firmada por la interiorista Marta Banús (Le Cocó y El Columpio), que ha sabido crear el ambiente de un restaurante de playa: mural de peces en una de las paredes, obra de Boamistura, la barra decorada con platos que simulan las escamas de un pez, y la lampara, un fluorescente protegido por flotadores de diferentes colores. El comedor se completa con mesas blancas mezcladas con otras de madera clara. A la entrada se ha instalado un carrito, quien sabe si para poder comprar y llevar cucuruchos de fritura en el futuro. La cocina está a la vista, aunque no creo que los clientes se fijen demasiado porque delante del cristal se encuentra un gran mostrador donde se exhibe pescado fresco.
En la cata utilizamos diferentes vajillas, todas hacen un guiño a lo retro, la primera de latón, otra de loza blanca y la última de duralex de toda la vida.
Con respecto a la cocina, su dueño la califica como inmediata, de chiringuito. El pescado es muy bueno porque es de su propia pescadería situada en el Mercado de San Miguel. Aquí también se puede elegir la pieza que más nos atraiga del mostrador y directamente nos la cocinan. La carta, en su mayoría de pescado, aunque también probamos unas croquetas muy ricas, incluye brochetas, platos cocidos y a la plancha, ostras, mariscos y, como no podían faltar en un chiringuito de playa, ricas frituras.
C/ Mayor, 31 Teléfono 917 957 170 Mapa de situación