Me encanta salir a cenar, de compras, a pasear por Madrid o a visitar una buena exposición, pero lo que más me gusta, con diferencia, es ir al teatro. El viernes por la noche, por fin, fui a ver Por el placer de volver a verla, de Michel Tremblay, dirigida por Manuel González Gil.
Los actores
y protagonizada por Miguel Ángel Solá y Blanca Oteyza. Estos dos actores me encantan; además, ella es mona y él, muy atractivo. Desde que los vi actuar en el Diario de Adán y Eva de Mark Twain quería volverlos a ver, y como el año pasado no pude ir a Por el placer de volver a verla, en cuanto ha vuelto a la cartelera he comprado las entradas.
La obra
Empieza la obra con un escenario vacío en el que aparece Solá, diciendo ser Miguel, el autor de la obra que vamos a presenciar y que nos explica que la ha escrito por el placer de volver a ver a una mujer que marco su vida, su madre.
La obra consiste en una sucesión de escenas cotidianas de la vida del autor y su madre, mezcladas con las del papel de narrador y director de la obra. Para mí, la mejor de todas es una escena en la que madre e hijo comentan uno de los libros favoritos de la madre, que ésta ha prestado a su hijo de 14 años para que lea. Aunque tengo que decir que no sé hasta qué punto soy objetiva porque esta escena es algo que sucede en mi casa de manera habitual y que por eso me divirtió mucho.
En esta obra me sucedió lo mismo que en la anterior: me reí muchísimo al mismo tiempo que lloraba, y normalmente ni suelo reírme ni llorar mucho en el teatro. Probablemente la mezcla de sentimientos se debe a que es una historia triste, pero las escenas y los diálogos son muy divertidos. Creo, además, que es una obra que te hace reflexionar mucho. A mí me hizo pensar bastante como hija, pero sobre todo, me hizo darme cuenta – y a lo mejor esto es demasiado para ponerlo así, sin más, en un comentario sobre una obra de teatro y en un blog- de la enorme influencia de las madres sobre nuestros hijos varones. No sé si somos conscientes de la responsabilidad que tenemos sobre su felicidad.
Me encantó, pero creo que es demasiado triste para alguien que haya perdido a alguno de sus padres en los últimos meses . Obligatoria para madres de varones.
Paseo General Martínez Campos, 9
28010 Madrid
915 934 005
Horarios; Miércoles a viernes; 20;30, Sábados: 19:30 y 22:00 y Domingos 18:00
Entradas: muchoviaje.com, atrápalo.com, entradas.com, El Corte Ingles y en la taquilla del teatro
[…] This post was mentioned on Twitter by TeVeoenMadrid, TeVeoenMadrid. TeVeoenMadrid said: Os recomiendo esta obra sobre todo si eres madre de varón."Por el placer de volver a verla" @TeVeoenMadrid #recomendar http://ow.ly/2YJQt […]
Creo que lo único triste de esta historia es constatar que lo bueno también acaba; pero ni eso llega a serlo si el contenido del recuerdo es tan poderoso como para que alguien necesite escribir una historia sobre tí, sobre la importancia única que has tenido en su vida, sobre lo que se te echa de menos aunque te hayas ido hace treinta años. Y, sí, todos nos vamos yendo desde que nacemos; algunos dejando buena huella (quiero, necesito incluirme así en la vida de mis hijas, tengo dos y las quiero con las limitaciones de un señor mayor que descubre el universo femenino a paso de hormiga, mientras ellas van en jet hacia la vida propia); y esa huella, si llegara a ser tan profunda (¿pretencioso yo?) como la de Nana en la obra (Tremblay es uno de los picos de la cultura americana), nunca podrá ser triste.
Él nos entrega en esta obra a su madre para “revivir” (el tiempo que el público decida), no al estilo Dios, sino al posible para el humano, al ser que más quiso en su vida. También para contarnos a todos que ella fue quien más le quiso, regalándole su tiempo, su amor incondicional, y su conversación disparatada, absurda, ingenua, surrealista y también brillante y siempre sujeta a la mayor intensidad, aunque se tratara de una tontería. En todo ello iba pegado como una lapa el amor por la palabra, y, a su través, por la infinita combinación de posibilidades de comunicarte con el otro. Él declara que, sin esa madre, poco pudo haberle peleado a la vida. Él quería ser de por vida el pequeño, el protegido, el consentido, el mimado (¿quién no?), y fue su madre quien le permitió vivir así. Al morir ella, muy joven (eso sí es triste, a mi me pasó a los veinte, a él a los veintiséis), se sorprendió embarcado en una furibunda carrera hacia la madurez, hacia la desprotección. Pero lo hizo. Creció de golpe tras haber podido jugar (¡el bagaje del juego y del cariño!) durante muchos años y hoy es el intelectual brillante que es. Un hombre especial, querido por una madre especial (como mi madre lo fue para mí y tú lo eres para la tuya). Es triste que nos dejen los seres que amamos, será triste para otros cuando nos toque irnos; pero festejar la vida de alguien como Tremblay lo ha hecho es un destello de humanidad. No sé quién eres, no dejas firma, pero dejas huella en nosotros. Mil gracias por habernos dedicado tu tiempo, y por prestarle tu corazón a Por el placer de volver a verla, y, también, por compartirlo, así, porque la vida te lo pide, con quienes te leen. Con afecto, Miguel Ángel Solá.
Miguel Angel: Mil gracias por tu cometario. No manejo muy bien el tema de responder a quienes me escriben a traves del blog y no sé, si cuando lo hago aquí avisa de que lo he hecho así que para estar segura lo haré por mail
Hola, quería transmitir al Teatro Amaya y por supuesto a los actores Miguel Ángel Solá y Blanca Oteyza mis felicitaciones por el resultado de la obra teatral
Por el placer de volver a verla. He tenido la suerte de llegar a verla en octubre gracias a que la volvisteis a representar y voy a tener la suerte de experimentar el placer de volver a verla y a verlos porque alargáis la representación hasta enero. Hay pocas cosas en la vida que te den tal sabor de boca como una buena obra de teatro, una buenísima interpretación y un mensaje hermoso y simplemente vital, como el de dicha obra: “alguien es único cuando crea en el otro el placer de volver a verle”. Gracias por poner voz, gestos y espíritu a los personajes que durante una hora y media me han hecho, sencillamente, feliz. Saludos.
Gracias Angelines por felicitar a estos estupendos actores a través de Te Veo en Madrid. les transmito tu mensaje. un abrazo
Son una pasada y la función es una pasada. No os la perdáis ni por parto. ¡Qué bonita, qué bonita! ¡Cuánta complicidad hay entre esos dos actores, que te hacen reír, llorar y recordar cosas tan únicas! La ropa tendida al sol, los líos de la comida, las discusiones por tonterías, el olor a los libros que había en casa, las caricias y las collejas que abundaban por igual; y las palabras, benditas palabras. Y el refugio de los brazos de madre, que sí hay una sola. Es bonita, bonita, como les decía. Y es solamente para los que tienen lo que hay que tener: cariño, ternura, respeto, sentido de lo que importa, audacia para admitir que somos un guiñapo de lloros interrumpidos por todo lo que se va y nos deja y no podemos hacer nada. Bueno, éste autor sí lo hace, en nombre de todos. ¡Ni por parto, ¿me oís?! Os va a reconciliar con muchas cosas. No me debéis nada. J. C.
Gracias por tu comentario.Se lo haré llegar. ¡Feliz Año!
Volveré a verla. Ayer, Jaime Azpillicueta hizo de esta función un elogio antológico y lleva razón. Mi placer se remonta a Santander donde les vi por primera vez. Cada vez que bajo a Madrid mi compromiso es con ellos. No me han defraudado nunca, me han mantenido en el límite de mi emoción y la suya. Han sido conmigo veraces. Eso se comprende si una y otra vez alguien te acuna, te lleva en volandas y te sopla el aliento de la ilusión y la poesía. Nuestro corazón está lleno de ellas aunque no lo muestre un electro. Volveré una vez más.
Gracias por el comentario Pablo. son fantásticos. Los descubrí en el Diario de Adán y Eva de Mark Twain y me encantaron
Belleza y más belleza. Y risas y lágrimas y cariño a manos llenas. Me cae muy bien esta gente porque da lo que nadie: ternura, comprensión, piedad, alegría de compartir. Son un bonito ejemplo de lo que falta días enteros en nuestras vidas. Enhorabuena a ambos. Estuve en la función que hicieron a total beneficio de Manos Unidas. También en eso son únicos. Sonsoles Vega.
Gracias Sonsoles. Tengo que incluir posts sobre teatro, con lo que me gusta y solo he hablado de esta obra