Como se pasa el tiempo de rápido ¿verdad? yo prefiero no pensarlo porque me agobio. Uno de los momentos en que soy consciente de ello es cuando voy a cualquier sitio y, de pronto,  pienso en la última vez que estuve ahí y han pasado… ¡años!

Hace unos días nos ocurrió a alguno de mis compañeros y a mí en un almuerzo en  el  Asador Donostiarra. Más de uno dijimos: ¡qué bien venir aquí! hace tropecientos años que no venía, qué divertido.

Este restaurante es un clásico de las comidas de trabajo, así que me ha pasado como en algunos otros tantos sitios de los de toda la vida que durante una temporada he ido un montón, y luego  he dejado de ir sin ninguna razón.

La decoración es la tradicional del típico mesón o asador vasco. Cuenta con terraza cubierta para invierno.  El servicio es amable y atienden como en los restaurantes de siempre. Además, para los aficionados al deporte,  es fácil encontrarse comiendo con jugadores del Real de Madrid.

Se come bien y se acierta con casi cualquier plato y a la hora de pedir hay que tener en cuenta que las raciones son muy grandes. El último día tomamos  para compartir ensalada de tomate, aguacate y anchoas, y chipirones que, aunque no  son santo de mi devoción, estaban muy ricos. De segundo, casi todos pedimos carne, que estaba muy buena, pero no la acompañan con nada. Uno de mis compañeros se decidió por  tortilla de bacalao.

Cierra domingos por la noche

Precio medio: 55 euros.  También se puede elegir entre cuatro menús degustación diferente cuyo precio oscila entre los 58 y los 66 euros.

– Lo mejor: se come bien

– Lo peor: los precios son un poco elevados para el momento actual

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