Hace unos días, después de visitar la exposición de Linda Benglish en el jardín privado de la Banca March fuimos a almorzar a El Pimiento Verde, siempre se come bien. Aunque hacía tiempo que no iba, conozco casi todos sus restaurantes. Sin embargo, al restaurante de la calle Castelló era la primera vez que iba, por eso hago este nuevo post. Uno de mis primeros post en este blog fue sobre el Pimiento Verde de Príncipe de Vergara.
Decoración
El restaurante ocupa dos plantas unidas por una pequeña escalera. La planta de acceso tiene grandes ventanales a la calle que la hacen muy luminosa. Las paredes son de ladrillo pintados de blanco en una de las zonas y en la otra están pintadas en verde o cubiertas de espejo. Las mesas son grandes, cuadradas cubiertas de manteles blancos. A un lado hay sillas y al otro bancos corridos tapizados en tonos verdes y oro.
Cocina
La cocina del Pimiento Verde es vasca y la carta es muy variada. Se puede tomar una gran variedad de entrantes, guisos tradicionales, carnes y pescados. Fui a almorzar con tres amigas -comida de chicas- y tomamos todo para compartir. Pedimos todo de la carta de entrantes, empezando por las flores de alcachofas, un plato que siempre hay que tomar en estos restaurantes.
Espárragos “Cohiba” con mousse de mahonesa ahumada que nos encantaron.
A continuación, tomamos ensalada templada de gulas, almejas y gambas con lechuga viva y aliño de vinagre y txacolí.
Terminamos con huevos rotos de corral con foie, trufa y patatas mimadas en aceite de oliva.
No nos cupo el postre.
El servicio es bueno y ágil. En El Pimiento Verde, siempre se come bien
