Este año quiero felicitaros la Navidad haciéndole un pequeño homenaje a mi abuela Aurora escribiendo sobre los sitios de Madrid que más me recuerdan a ella. Creo que este blog, que escribo desde hace casi 15 años, es el reflejo de mi amor a Madrid y esta atracción que tengo por nuestra capital se la debo, en gran medida, a mi abuela materna: Aurora Lezcano y Saracho, Marquesa de O’Reilly. Mi abuela, hija del pintor Carlos Lezcano, nació en Madrid en 1914. Ella también era pintora y, además, escritora, periodista, reportera de guerra, anticuaria, enamorada de todas las tradiciones de Madrid, comilona, anfitriona -sus tertulias reunían a los intelectuales más interesantes de Madrid, Umbral, por ejemplo, lo cuenta aquí, y una mujer muy adelantada a su época. Hoy, para la mayoría de los que me leéis, es una gran desconocida, pero fue una mujer muy querida y admirada en el Madrid de su época.
Para contar quién era y todo lo que aprendí con ella tendría que dedicarle todo el blog y eso es complicado, pero si queréis conocer más sobre ella pinchad aquí. Sí os cuento que, entre otras muchas cosas relacionadas con Madrid, escribió un libro “Madrid, sus cosas y sus gentes”.
Su casa
Empecemos el paseo en su casa: el Palacio de O’Reilly, situado en la calle Sacramento, 3 y 5. Una casa que, como os conté en el post sobre mi rincón secreto de Madrid, se empezó a construir en 1725 como un edificio anejo al convento de las Bernardas. Destinado a casas del convento, fue dedicado a este uso hasta que la familia Lezcano, mi tatarabuelo o su padre, lo compró para vivir en él en 1830. Desde 1944 mi abuela habitaba la planta baja del edificio y las dos plantas superiores se destinaron a diferentes usos. En 1976, siendo alcalde Tierno Galván, la casa pasó a manos del Ayuntamiento.
Tengo muchos recuerdos de esa casa porque hasta 1976 siempre que venía a Madrid vivía ahí con ella. Era una casa inmensa y con unos pasillos largos con suelos de madera donde cada 5 de enero se escuchaban los pasos de los Reyes Magos. Además de haber heredado de mi abuela la fascinación por la belleza y el amor por Madrid, con ella descubrí el teatro, las antigüedades y la pintura. El interés por la gastronomía lo heredé a partes iguales de ella y de mi abuelo paterno.
Con mi abuela en el balcón de su estudio
Cuando la casa pasó a manos del Ayuntamiento, se fue a vivir a la calle Mayor, 80 y en ese momento entró en nuestra vida Casa Ciriaco.
Casa Ciriaco
Desde que llegó a su nueva casa iba a comer todos los días a este restaurante y por la noche ellos le subían la cena a casa.
Esta casa de comidas abrió sus puertas en 1929, pero era almacén de vinos desde 1897. En sus comedores eran asiduos escritores y artistas. Tuve la suerte de conocer a algunos de ellos porque eran amigos de mi abuela. Es un restaurante con mucha historia y muchos secretos. Aparece, por ejemplo, en la novela de Valle Inclán Luces de Bohemia y desde el cuarto piso del edifico donde se encuentra, Mateo Morral lanzó una bomba escondida en un ramo de flores al paso del cortejo nupcial de Alfonso XIII el día 31 de mayo de 1906.
Con mi amiga Teresa que me ha acompañado a hacer algunas visitas para este post
El enlace lleva al post que escribí antes del cambio de dueños, estos lo han remozado entero e incluso han recuperado las cavas que han quedado preciosas. El restaurante cuenta con varias salas y salones privados y el reservado en la bodega. La cocina es tradicional madrileña y no hay madrileño que se precie que no haya probado, por lo menos, su gallina en pepitoria o sus callos.
El Riojano
En esta pastelería mi abuela compraba todos los dulces típicos porque celebraba todas las fiestas. Yo recuerdo especialmente los azucarillos de San Isidro, los bartolillos, los turrones y el roscón, además de chocolatinas.
Esta pastelería fue fundada en 1855 durante el reinado de María Cristina por uno de los pasteleros del Palacio Real. Según cuenta la historia, cuando el pastelero real decidió montar un negocio propio fue la propia Reina quien le ayudó a establecerse por su cuenta. La madera de caoba, el escaparate y el mostrador de la pastelería proceden del Palacio Real. El pastelero no tuvo descendencia y dejó el negocio a sus empleados.
Farmacia de La Reina Madre
La farmacia de la Reina Madre es el negocio abierto más antiguo de España. Esta farmacia está unida por un pasadizo al Palacio Real. Se llama de La Reina Madre porque Isabel de Farnesio no se fiaba de los boticarios de palacio por si la envenenaban y venía por el túnel a buscar ella misma sus medicamentos. La farmacia se inauguró en la calle Sacramente en 1578 y en 1914 se trasladó a su actual dirección en la calle Mayor.
Mi abuela nos mandaba a esta farmacia, pero no recuerdo que fuera a comprar medicinas, nos pedía alguna colonia o alguna crema.
Lhardy
Todos los años empezamos la Navidad yendo a tomar su consomé, croquetas y barquitas porque mi abuela me llevaba de pequeña y me dejaba probar todo lo que quería. Le encantaba Lhardy, el restaurante inaugurado en 1827 con marcada influencia europea. Actualmente pertenece a Pescaderías Coruñesas que lo han arreglado recuperando el esplendor que tuvo cuando se inauguró. Cuenta con diferentes salones y una zona de tienda delicatessen donde se toma el consomé. Hace unos días estuve entrevistando al director y os contaré todo en un nuevo post.
La Plaza de la Armería
La plaza de la Armería era por donde me llevaban a pasear en el cochecito y más tarde a jugar. Había una escultura del rey Felipe II al que yo, como también era rey, le pedía todos los años una escoba de las que en Mula se llaman de palma, porque ya no me cabía en la lista a los Reyes Magos. Este es mi recuerdo, pero en casa se recuerda porque estando una día con la tata, cuando yo estaba a punto de cumplir dos años, me quisieron secuestrar, ahí lo dejo.
El Retiro y los teatros de Madrid también me recuerdan mucho a ella, pero he preferido centrar el post en su barrio, el de Palacio.
He ido a visitar de nuevo estos sitos en los días previos a Navidad y desde aquí quiero dar las gracias al director de Lhardy, a Octavio de Casa Ciriaco y a todos los que me han ayudado a escribir este post. Si queréis he hecho un vídeo resumen publicado en @teveoenmadrid en Instagram
Buenos días:
Gracias por el artículo, que me ha suscitado una curiosidad: ¿tu abuela fue también dueña de una casa desaparecida en Pozuelo a la que llamaban “Casa o palacio de Nani Moretti”? Es que en la Fototeca del Patrimonio Histórico aparecen muchas fotos del edificio pero clasificadas bajo el nombre “Casa de Aurora Lezcano”, y hasta ahora no he conseguido una información veraz sobre esto. Muchas gracias de antemano
Muchas gracias por tu comentario, pero me temo que no te puedo ayudar mucho. Que yo sepa, mi abuela no tenía una casa en Pozuelo. Mi tía, su hija, si vivió ahí cuando mis primos eran pequeños, pero ella se llamaba Valcárcel de primer apellido. En cualquier caso, voy a pregunta r a mis primos a ver si entre todos te podemos dar pistas.
Ahora me he dado cuenta de que escribí mal el nombre que se le daba a la clase, y escribí el nombre del director italiano de cine, Nani Moretti, en lugar de Nani Nannetti, que es el nombre del arquitecto que vivió allí un tiempo. Según las informaciones que tengo, la casa o palacete recibía el nombre de “Lindos reflejos”, que estaba puesto en la entrada. Te agradezco muchísimo la molestia que te tomas en preguntar a tus primos, quedo a la espera. Saludos muy cordiales
Lo siento Sina, pero he preguntado y no tiene nada que ver con nosotros. A mis primos tampoco le suena
Muchísimas gracias de todos modos. La verdad es me resulta un tanto extraña la casualidad (porque tu tía, también llamada Aurora como tu abuela, vivió y está enterrada en Pozuelo, según he leído). O quizá simplemente los datos están mal en la fototeca. ¡Hasta otra ocasión!
Me han enviado un artículo sobre esa casa. Si te interesa te lo puedo enviar por correo.
Hola. Perdona por tardar en responder, no esperaba más respuestas tuyas. ¿Es un artículo de Raúl Cancio? Es el único que conozco sobre la casa y lo tengo. En todo caso, muchísimas gracias por acordarte de mí
Si, es ese artículo. De nada, siento que sea el mismo