Malacatín es uno de los 12 restaurantes centenarios de Madrid declarado de interés turístico y cultural. Fundado en 1895 cuenta con casi 130 años de historia. Famoso por su cocido madrileño, ha sido lugar de culto de personalidades, escritores y artistas durante décadas. A mi me encanta tomar en Malacatín el cocido madrileño centenario, pero es muy difícil reservar y dicho sea de paso, cuando llamas por teléfono para hacerlo no te dan muchas facilidades.
El lunes tuve la suerte de ir a tomar cocido porque mi amiga Teresa reservó para celebrar su cumpleaños y disfrutamos mucho. Antes de comer dimos un paseo por el centro que es uno de mis planes favoritos.
Decoración
Malacatín se conserva prácticamente como fue siempre, así que al entrar te transportas a otro siglo. Es una taberna pequeña, con una barra al entrar, siempre llena, y dos salas con mesas de madera y bancos corridos muy pegadas unas a otras. Las paredes son de azulejo hasta media altura y del resto cuelgan cuadros y fotos tanto de los fundadores como de la cantidad de personajes públicos que han pasado por sus mesas.
Cocina
Malacatín sirve cocina tradicional, pero es famoso por su cocido, y nosotras fuimos por eso. Al llegar nos preguntaron si queríamos relleno y esto fue lo primero que trajeron a la mesa junto a un plato con cebolletas y otro de guindillas. También nos trajeron el pan junto a un babero que luego nos regalaron.
A continuación, nos pusieron el cocido que sirven en tres vuelcos. En primer lugar, nos sirvieron la sopa. Estaba muy rica, pero menos contundente de lo que yo la recordaba y un poco fría. Nos la trajeron en un puchero de barro y a mi me encanta servida así.
En el segundo vuelco llegaron los garbanzos, de castilla, las patatas y el tocino, lo que nos llamó la atención, aunque la idea es que se diferencie de las otras carnes. En otra fuente, el repollo y una salsera de tomate frito con comino.
El tercer vuelco es el de las carnes. Sirven dos fuentes, una con gallina (o pollo) y un codillo que merece la pena destacar. Lo preparan en la mesa para que sea más fácil servirlo y estaba delicioso; de hecho, a pesar de estar bastante llena me serví dos o tres veces.
En otra fuente nos trajeron chorizo de León, morcilla asturiana y manitas de cerdo.
De postre tomamos una tarta de queso deliciosa.
Comimos en el primer turno, pero la atención fue buena y no tuvimos sensación de que quisieran que nos fuéramos rápido como sucede en otros restaurantes con turnos. La cantidad de cocido que sirve es muy abundante, pero ya no es la misma que ponían hace unos años cuando afirmaban que si te comías todo no tenías que pagar y nadie se había ido sin hacerlo.
C/ de la Ruda, 5. Teléfono 913 65 52 41 Mapa de situación.