Actualizado (post original 3 de octubre de 2018) Esta vez no han pasado cinco años, pero también ha pasado bastante tiempo, así que el titular “Restaurante Con Amor, cinco años después, sigue siendo válido. Hay días que, aunque no te hayas levantado con el pie izquierdo, se hacen un poco cuesta arriba hasta que, de repente, aparece un amigo en tu vida y todo cambia. Uno de esos días un poco torcidos de la semana pasada me llamó mi amiga Ana para almorzar y mi día cambió. Nos fuimos a comer a Con Amor y disfrutamos mucho. No había ido a este restaurante desde hacía cinco años, cuando se mudaron a este nuevo local. Ayer, no tenía el día torcido, pero vino mi amiga Teresa a comer y el martes fue más agradable y divertido .
Decoración
El restaurante ocupa un espacio de dos plantas. Al entrar hay una pequeña zona de barra y a continuación, bajando unos escalones, se encuentra la sala principal. En la planta alta cuentan con otro comedor un poco más pequeño y un privado con una pinta estupenda. Está decorado con papeles pintados de diferentes diseños. En la sala principal, donde el techo es bastante alto, cuelgan muchas lámparas. Sofás corridos a lo largo de una de las paredes en tonos tostados y mesas con faldas oscuras y manteles blancos completan la decoración.
Cocina
Con Amor pertenece a los mismos dueño de Doña Paca, un clásico madrileño que tuvo su primer local en el espacio que años después fue la sede de Maite Comodore. Su primer Con Amor estaba en la calle Ponzano y después se trasladaron a la calle Espronceda.
La carta, en general, es muy atractiva, pero a la hora de elegir, como nos habían ido contando los entrantes con tanta pasión, decimos tomar todo de esa parte de la carta. De aperitivo nos pusieron unas croquetas de jamón y otras de boletus, muy ricas. Nosotras pedimos para compartir alcachofas, las sirven con un parmentier delicioso al que también se le pone huevo, que son uno de los platos estrella de Con Amor.
A continuación, mi amiga pidió el plato más recomendado de la carta: gambón en tempura con kimchi, que estaba rico, pero para ella demasiado picante, y yo tomé los tomates infusionados, ricos y muy fresquitos.
De postre, tarta de manzana finita, deliciosa. Ayer, en mi última visita, es curioso, pero volvimos a comer todo entrantes y casi los mismos.
Lo único diferente que pedimos fueron las gyozas de rabo de toro que estaban muy ricas y croquetas que las tomamos de jamón. Comimos muy bien.
C/ Espronceda, 34 teléfono 91 395 23 15 Mapa de situación