Había pasado muchas veces por la puerta de El Picaporte y siempre me llamaba la atención su terraza, pero no había ido nunca a comer. Hace unos días quedé para cenar con una amiga que trabaja cerca y reservamos aquí. Nos apetecía una cena tranquila de charla por eso elegimos El Picaporte, para cenar como en casa.
Decoración
El Picaporte me sorprendió mucho al entrar porque desde fuera da la impresión de un restaurante más pequeño e informal. Cuenta con una zona de barra bastante grande y a continuación se encuentra la sala con diferentes ambientes, desde donde se ve la cocina abierta. Dispone, además, de una terraza climatizada toda acristalada y un reservado. Los espacios son grandes y la decoración atractiva.
Cocina
La cocina es tradicional y la carta, muy variada, incluye algunos platos de otros países. Tomamos todo para compartir, pero nos pasamos un poco porque las raciones son abundantes. Pedimos croquetas cremosas de jamón ibérico.
Alcachofas confitadas puestas en flor con escamas de sal.
Burrata italiana con inyección de pesto, tartufata y tomate semiseco, y foie micuit con mermelada de higos. No nos cupo el postre. Estaba todo muy rico y en el Picaporte es como cenar en casa.
Está abierto desde la hora del desayuno hasta después de la cena y cuenta con barra de cócteles.
NO CIERRA
PRECIO MEDIO El Picaporte 40€
– Lo mejor: La cocina y el conjunto del restaurante
– A mejorar: Falla un poco el asesoramiento a la hora de pedir
C/ García de Paredes, 51 Teléfono 91 055 81 54 Mapa de situación.