El sábado pasado queríamos organizar una comida especial a una amiga que se casa. Había visto las fotos de la azotea del Hotel Vincci The Mint, (hay un error en el título) en el post de terrazas, y me apetecía muchísimo que fuera ahí, pero con el mal tiempo que estaba haciendo no me podían asegurar que estuviera abierta.
El viernes por la mañana llamé a la persona de eventos y me dijo que, aunque no tenían aún preparada la terraza para comidas, como hacía tan bueno, nos reservaba una mesa y nos subirían las cosas del restaurante. Ni notamos que no estuviesen preparados: fue una comida de diez y nos trataron fenomenal.
La terraza, en forma de ele, tiene vistas por delante a la Gran Vía y por detrás a la parte norte de Madrid. Está presidida por un camión tipo food truck, color verde menta, donde preparan unos cócteles muy ricos. Por el resto de la terraza hay mesas bajitas de madera y sofás y sillones con cojines en tonos verdes y azules. El mobiliario hace que tengas la sensación de estar en la terraza de una casa de playa. Las mesas bajas no son muy cómodas para comer, pero como nuestro plan era alargar la tarde estuvimos muy bien.
La cocina que sirven en la terraza del hotel Vincci The Mint es rica y variada. Tomamos para compartir pollo Cajún; poke bowl de salmón cítrico, bulgur, edamame, pepino, cebolla crujiente y zanahoria encurtida; taco de carrillera de ternera al Pedro Ximénez con guacamole, salsa chipotle y yogur de remolacha; croquetas, la ración es de 12 de sabores variados, muy ricas y muy originales -algunas con un toque asiático y que no supimos adivinar de qué eran- y ensaladilla rusa con kimchee, tartar de atún, manzana verde y huevas de tobiko. De postre pedimos tarta de queso con espuma de limón y brownie. Muy rico todo.
Autora de este post: Mara Pidal Ladrón de Guevara