Si hay una ciudad que, sin parecerse, me recuerde a Madrid, es Nueva York. La vida y la alegría que se respira en una y otra no las he encontrado en ningún otro sitio del mundo, del mundo que conozco, claro está. Me encanta cuando descubro algún sitio que me hace sentir que estoy en estas dos ciudades a la vez, como me pasó el viernes al llegar a cenar al restaurante Zielou, me sentí en Nueva York bajo el cielo de Madrid.
Zielou, situado en el ático de la Estación de Chamartín, ocupa un gran espacio de 800 m² cubiertos y 850 m² de terraza decorados por la interiorista Aurora Gámez, con capacidad para realizar eventos de hasta 900 personas. En el restaurante se han empleado tonos dorados y negros que con el cambio de luz dan un aspecto diferente a la sala a la hora de la comida y de la cena. De día, las cristaleras a la terraza lo hacen muy luminoso, sin embargo, por la noche las luces muy bajas le dan un aspecto más íntimo. Zielou cuenta con otro gran atractivo, sobre todo en verano, la terraza con vistas al skyline financiero de Madrid. Decorada en tonos tierra, óxido y madera para dar la bienvenida al sol, se transforma por las noches, igual que el restaurante, gracias a la iluminación. Cuenta con diferentes ambientes: aperitivo, picoteo, chill-out, mesas altas para los cócteles, barra, espacio gastronómico, zona de cenas compartidas, reservados y área VIP.
La cocina está en manos de los Maestro Brother (Javi y Nicolas) que definen su propuesta como gastro experiencial y elaboran recetas de todo el mundo que, como ellos mismos afirman, nos invita a volar sin alas. Algunas de sus propuestas resultan, además, muy divertidas, porque como nos explicó el maitre, el menú cada mes se dedica a un tema concreto. En mayo, por ejemplo, se servían platos cuya presentación se inspiraba en películas. Este mes se presentan en formas relacionan con los utensilios de belleza que usa una mujer en su vida cotidiana. Nosotros lo disfrutamos en el aperitivo, donde nos pusieron una paleta con diferentes tipos de salas de colores, elaborada a base de setas, que simulan una caja de sombras de ojos (os pongo una foto para que os hagáis una idea) acompañada de colines a modo de pinceles.
A la hora de pedir la cena, nos dejamos aconsejar por el maitre y fue un acierto. Tomamos todo para compartir, excepto el pulpo. Empezamos con croquetas de cecina con leche fresca y sus crujientes, a continuación nos pusieron micuit de foie al estilo Arizona con nubes y pan de especias -nunca lo había tomado así y, sin embargo, me contaron mis sobrinas que a ellas les encanta y que en Estados Unidos tomaban muchas cosas con estas nubes dulces-. Después, probamos las mollejas de ternera asadas al carbón con mayonesa de olivas verdes y mi acompañante tomó pulpo a la brasa con crema de cachelo, emulsión de pimentón de la Vera y espuma de pomelo. Nos encantaron todos los platos. De postre, aunque nos sugirieron postre de chocolate blanco, tomamos panacota de queso. Nuestros vecinos de mesa nos contaron que estaba delicioso, pero era demasiado contundente para añadirlo a lo que habíamos comido.
La mayoría de los platos se pueden tomar medias raciones.
En la terraza se puede comer a base de tablas con platos en formato mini en los que se pueden tomar hasta 40 bocados diferentes.
En verano, en la terraza, se puede disfrutar de diferentes propuestas. Los sábado, por ejemplo, desde las cinco de la tarde, en la sesión xampa, es como estar en Ibiza: actuaciones, baile, picoteo, copas, cena, coctelería tiki y de autor, música, entretenimiento y, en algún momento, puesta de sol.
Estación de Chamartín Teléfono 91 299 90 78 Mapa de situación