HA CERRADO Hace unos días organicé un almuerzo de trabajo y pensé que era una buena ocasión para conocer Paulino de Quevedo. He ido mucho a su casa madre, Paulino y la cocina y la atención al cliente es la misma en los dos restaurantes.
En cuanto a la decoración, Paulino de Quevedo dispone de dos espacios bien diferenciados: la barra y la sala. Se entra por la zona de barra, que tiene una gran ventana a la calle, y cuenta con mesas altas y taburetes para comer de manera más informal -no da idea de lo que vas a encontrar en el restaurante-. Desde ahí se accede al comedor, grande y, sobre todo, muy espacioso, con un techo altísimo de vigas de madera y cristaleras que dejan pasar la luz. Las paredes son blancas y en algunas zonas de ladrillo visto. Cuenta, además, con una bodega acristalada. Las mesas están muy separadas, que ya sabéis que es algo que valoro mucho.
El dueño, Paulino hijo
La cocina es similar en los dos restaurantes de la familia ya que Paulino, que creció entre los fogones del restaurante de sus padres, es ahora el responsable de lo que se come en los dos establecimientos. Sirven platos tradicionales de la cocina española con algunos toques innovadores, basados en los productos de temporada. La carta es bastante completa. El día que fui a almorzar tomamos para compartir verduras a la plancha y ensalada de invierno de perdiz escabechada y de segundo mis acompañantes tomaron tournedó de atún rojo y dorada salvaje y yo solomillo. De postre, una tarta de chocolate muy rica. Nos gustó mucho lo que comimos.
C/ C/Jordan, 7 Teléfono 91 591 39 29 Mapa de situación.