La Carmencita, la segunda taberna más antigua de Madrid, se inauguró en 1854 en pleno barrio de Chueca. Tras haber permanecido cerrada durante cinco años, ha reabierto sus puertas hace unos meses.

Decoración

Como ocurre con otras tabernas históricas de Madrid, La Carmencita ha acogido tertulias literarias de la Generación del 27, así  como reuniones de políticos e intelectuales lo que la convierte en un lugar histórico que no hay más remedio que visitar.

Fui a cenar aprovechando la venida a Madrid de mi amiga María Antonia y nos encantó. La taberna se ha rehabilitado completamente y su actual propietario ha respetado todo lo antiguo de este local desde  los azulejos policromados a la barra de estaño, una de las pocas de su época que quedan en Madrid.

Los detalles se han cuidado mucho. La vajilla es de cerámica con diferentes motivos y los platos son distintos unos de otros. Las mesas son de madera vista y se decoran con la propia vajilla. Además de los  comedores, La Carmencita cuenta con un  pequeño reservado.

El servicio, por lo menos el chico que nos atendió, encantador.

Cocina

La cocina es tradicional y, como el actual dueño es cántabro, la carta está llena de referencias y productos de Cantabria. A la Carmencita llegan directamente desde esta tierra todos los productos del mar, comprados directamente en la lonja, y la carne que utilizan es ecológica. Todas las piezas, tanto de carne como de pescado, llegan enteras y ellos mismos filetean la carne y limpian los pescados. En su web afirman que han recuperado 75 recetas de la cocina tradicional española.

Fui a cenar y tomamos todo para compartir: rabas, anchoas de Santoña, almejas, pollo al ajillo y de postre tarta de galletas, acompañado de vino blanco. El pollo al ajillo, una receta particular de la casa,  es diferente  del tradicional  cocinado con ajito  y aceite.

No cierra. Esta taberna está abierta de  9 de la mañana a 2 de la madrugada.  Se puede desayunar, tomar el aperitivo, almorzar, merendar y cenar.

80%

Look: sport

NO CIERRA 

PRECIO MEDIO: 50 euros

– Lo mejor: el conjunto del restaurante y la cocina

– Lo peor: Un poco caro

AMBIENTE: 75%

DECORACIÓN: 85%

COCINA: 80%

SERVICIO : 85%

Cocina cántabra

Valoración 80%

Después de cenar fuimos a.a tomar una copa a Libertad, 8, que también sigue manteniendo como siempre.

C/ Libertad, 16 Teléfono 91 5 ¡31 09 11 Mapa de situación