Actualizado el 21 de julio de 2017

Ayer fui a celebrar mi pre-cumpleaños con dos de mis amigas que vinieron a Madrid, una desde Bruselas y la otra desde Asturias, para estar conmigo a las 12 y ser las primeras en felcitarme. Merecían un buen sito ¿no? Así que elegí Du Liban. Este restaurante me encanta y hacía mucho que no había ido. Cenamos fenomenal.

Du Liban, un lujoso restaurante que posiblemente sea el único en Madrid donde se puede degustar la comida del Líbano: una cocina rica que goza de gran prestigio en la que se aprecia la mezcla de recetas turcas, egipcias y griegas.

Aunque se inauguró a finales de 2012, fue a principios de verano (que es cuando me gusta ir a cenar a La Moraleja) cuando oí hablar sin parar de este restaurante, de su rica cocina y también de su bonita terraza. Como siempre, cuando algo se pone de moda y más si tiene una buena terraza, en verano es imposible reservar. Decidí esperar y he ido ahora, que aunque ha empezado el otoño la temperatura es espectacular.

Foto de su web. Me encanta. 

El restaurante se encuentra en un espacio de techos altos. En la decoración se pueden apreciar algunos  toques  libaneses, como el  suelo de mármol y los múltiples dorados, pero no cae en el exceso y resulta muy acogedor.

Cuenta con una  terraza interior aislada, lo que la convierte en una de las más agradables de La Moraleja. Funciona todo el año, ya que en invierno está acristalada y dispone de calefactores. Tiene una zona chill out, con barra independiente y mobiliario tipo lounge, donde se pueden tomar copas después de la cena. En la carta de coctelería aparecen unas 40 referencias de cócteles. Al entrar a Du Liban hay una zona de barra que da acceso a los comedores.

Reservamos el domingo a la hora del almuerzo y nos sentamos en la parte de la terraza. La luz era preciosa y la temperatura veraniega. En la última visita cenamos y no hacía nada de calor.

La terraza desde nuestra mesa.

El servicio es estupendo, siempre estás atendido sin que se note su presencia constantemente. Roberto, el maitre, un señor gallego encantador, nos fue aconsejando durante toda la comida, nos ayudó a elegir, nos hizo fotos… muy amable. En mi última visita nos atendieron diferentes camareros, todos muy amables.

Por otro lado, el camarero que nos sirvió el té, marroquí de padre y malagueño de madre, nos explicó cómo prepararlo para que sea el auténtico té de su país.

Aprendimos que al té moruno hay que ponerle menta, azúcar y agua de azahar y que no hay que removerlo nunca. Debe olerse siempre antes de probarlo y, si se le añade hielo, debe beberse rápidamente antes de que este empiece a derretirse.

En cuanto a la cocina, como explica su propietario, “los platos se sirven como manda el mediterranean lifestyle libanés: vegetales recién recolectados en el aperitivo, ensaladas tabbouleh o fattoush para empezar, mezzes (aperitivos) al centro, pan de pita hecho al momento para acompañar o sustituir el cubierto, plato principal y la célebre repostería árabe. Verduras, legumbres y carnes mediterráneas, especias y hierbas aromáticas traídas del Líbano y elaboraciones en horno de panadería o parrilla de leña de roble”

Existe la posibilidad de comer a la carta o tomar un menú degustación. Tomamos  para compartir el menú para dos personas; aunque éramos tres nos lo aconsejaron porque el de cuatro hubiera sido demasiado, y efectivamente, porque incluso con el de dos comimos muchísimo. Aunque incluía brochetas, las cambiamos por un plato principal y luego pedimos otros dos de la carta, uno para cada uno. En la cena pedimos a la carta y nos gustó todo mucho.

Este menú, el Baalback Mezze, consiste en ocho entrantes: hummus, que sirven añadiéndole garbanzos con aceite de oliva en el centro de la fuente, moutabbal una crema parecida de berenjenas asadas con sabor a quemadito y granada en el centro (para mí,  junto al hummus, uno de los platos más ricos), tabbouleh, una ensalada libanesa a base de tomate y abundante perejil y hierbabuena, moussakaá Betenjan, de berenjena, el plato que más le gustó a mi sobrina, fatoush, una especie de mini pizzas con tomillo riquísimas, falafel, unas croquetas de garbanzos ricas, kebbeh meklieh, croquetas de cordero con piñones, ricas y originales, sfiha, unas tartaletas de carne con piñones acompañadas de trozos de lima que escurrimos por encima y que nos encantaron, y za´atra. De segundo yo pedí beef shawarma, que consiste en tiras de ternera marinadas  y asadas con salsa “tarator”, me encantó. Aparte del menú, mis chicos comieron como plato principal (a cada uno le pareció que lo suyo era la mejor de toda la comida) chik shawrma, tiras de pollo marinado y asado  con salsa de ajo, y farroukh meshwe, una pieza de pollo coquelet marinado en una salsa con naranja que le da una textura deliciosa, también acompañado de salsa de ajo. Para acompañar pedimos cada uno una de las tres cosas que proponen y así lo  probamos todo: patatas fritas, arroz y ensalada. Todo va acompañado de pan de pita, que van sacando poco a poco para que esté calentito.

Nos ofrecieron varias salsas, la más parecida a la nuestra es la de alioli. De postre tomamos  un variado de dos postres súper dulces y nos invitaron al té con azahar. Para beber probamos la cerveza y el vino libanés, y mi hijo pidió,  en lugar de vino,  limonada.  Estaba  deliciosa y el sabor es muy parecido al del mojito.

Muy recomendable para una cena romántica

85%

Look:  Elegante

NO CIERRA  

PRECIO MEDIO: 40€ Menús de diferentes precios

– Lo mejor: el conjunto de la comida, la decoración y el buen servicio

– Lo peor:  No hay nada que destacar

AMBIENTE: 85%

DECORACIÓN: 85%

COCINA: 85%

SERVICIO: 85%

TERRAZA: 85%

Cocina libanesa en un bonito restaurante

Valoración 85%

C/ Estafeta, 2 La Moraleja Teléfono  916 25 00 72 Mapa de situación