El martes tuve la gran suerte de poder visitar la exposición de María Blanchard en el Reina Sofía a museo cerrado. Me invitó Ignacio García-Guzmán a un pase para 20 personas organizado por su empresa, el club social empresarial Moddos, que, a través de Mahou, organiza, visitas guiadas, privadas, al museo Reina Sofía. Visitar un museo prácticamente vacío ya merece la pena, me parece una experiencia que tiene algo de sobrecogedor, y las obras se aprecian de una manera diferente.
Entrada al Museo Reina Sofía,la imagen no es muy buena pero llovía muchísimo
La exposición también fue muy especial porque, aunque conocía algunas obras de María Blanchard, nunca había visto una muestra monográfica suya y creo que, como se está poniendo de manifiesto estos días a raíz de la exposición, ha sido una artista a la que nunca se le ha puesto en el lugar que merece y por tanto no nos hemos familiarizado con ella como con otros pintores de su época a los que conocemos desde la guardería.
La exposición nos la explicó Paula Ercilla, una de las restauradoras del museo, y aprendimos y disfrutamos muchísimo gracias a ella.
Voy a intentar contaros las cosas que más me llamaron la atención.
Mi obra favorita: Mujer con abanico
La persona/la pintora : María Gutiérrez-Cueto Blanchard nació en Cantabria, el mismo año que Picasso, con una deformidad física que marcó toda su vida. Su problema se consideró siempre consecuencia de una caída que había sufrido su madre estando embarazada, lo que hizo, además, que la relación entre ambas nunca fuera buena. María siempre la rechazó y estuvo muy unida a su padre. Con el paso del tiempo, según nos explicaron, cuando la madre ya no vivía (no estoy segura de si la pintora llegó a enterarse) se descubrió que lo que la artista padecía era una enfermedad genética que nada tenía que ver con la caída sufrida por su progenitora. El rechazo a su madre supuso un sufrimiento añadido y todo este dolor se refleja en sus obras.
Algunos de los pocos retratos que existen de María Blanchard
Resulta curioso, sin embargo, que la mayoría de sus obras estén firmadas, y de hecho es por el nombre que se la conoce, con el apellido de su madre, Blanchard. Es probable que se deba a que la artista también sentía un gran rechazo hacia España, donde no se lo hicieron pasar muy bien por su problema físico; sin embargo, triunfó en París, y el apellido de su madre era de origen francés. Su complejo justifica también al parecer que casi no haya fotografías suyas.
Unas de las pocas fotografías de María Blanchard
Autorretrato: así se veía e ella
La obra: María Blanchard pertenece al grupo de artistas que protagonizaron la renovación plástica de París en las primeras décadas del siglo XX. Consiguió hacerse un hueco en el ambiente de Montparnasse y ser reconocida y respetada en un mundo de hombres.
La exposición, que se puede visitar en el Museo Reina Sofía, aborda su trayectoria profesional desde la España regeneracionista al París de entre guerras, ocupando un lugar central el periodo cubista (1913-1920). También se hace una revisión de su etapa de formación (1903-1913) y un tercer bloque donde se exponen sus obras más representativas de su retorno a la figuración.
En su primera etapa María se forma en Madrid y tiene influencia de sus maestros como Álvarez de Sotomayor. A continuación consigue diferentes becas para ir a París donde empieza a estudiar con Anglada Camarasa. Comienza a integrarse en corrientes modernas y forma parte de grupos de vanguardia, entre otros, con Rivera, Lipschitz y Juan Gris,quién será su gran amigo y a quién más se aproximará su estilo de pintar durante su época cubista.
En la primera parte de la exposición destaca la obra La Comulgante, ya que la pintora tardó seis años en realizarla y entre el inicio de la obra y el fin de la misma sufrió profundos cambios en su manera de pintar.
El periodo cubista se muestra a través de 35 pinturas y seis dibujos. Estos últimos nos muestran la perfección del trazo que hay detrás de cada una de las obras. En las pinturas cubistas, que los expertos comparan sobre todo con las de su gran amigo Juan Gris, destaca la maestría con la que Blanchard utiliza el color.
Tercera parte de la exposición. A comienzos de los años 20, como otros muchos pintores cubistas, Blanchard busca nuevas formas y retorna a la figuración. Tras la guerra vuelve su mirada hacia la historia, hacia el clasicismo de los museos. Sus obras se centran, además, en el ámbito de lo privado, en la familia. En los trabajos de su madurez se reflejan las estructuras geométricas aprendidas durante el cubismo, así como la influencia de la luz. Sus obras muestran una gran belleza: aunque la mayoría tienen algo que me transmite un cierto dolor, es verdad que algunas reflejan una calma que no se aprecia en sus épocas anteriores.
Maternidad Oval. Un canto a la vida después de la guerra
Datos de interés
Museo de Arte Reina Sofía.
Hasta el 25 de febrero. Cierra los martes.
C/ Santa Isabel, 52. Teléfono: 917 74 10 00. Mapa de situación
Un post magnífico, para aprender un montón.
Sí que parece una obra atormentada, el autorretrato lo deja ver. A mí el Cubismo me espanta, pero esa maternidad me recuerda un poco la estética y los colores de la pintura Art Decó. Me gusta.
Mil gracias, qué vergüenza que yo sigo sin poder comentar en tu blog!. A mi el cubismo tampoco me gusta, salvo algunos cuadros como el de la mujer tocando e piano que he puesto en el post que si me gusta mucho. A mi me atrajo mucho el personaje, su obra, su evolución artística y me fascinaron algunas de sus obras como la mujer con abanico. De la última etapa me gustaron muchas
[…] María Blanchard. La exposición monográfica muestra una obra poco conocida de esta artista que triunfó entre las vanguardias parisinas de principios del siglo XX. Museo Reina Sofía c/ Santa ISabel, 52. Mapa de situación […]
¡Marien! como te comenté ayer no conocía a esta artista. Desde luego que iré al Reina Sofía para ver la exposición. La única etapa que no me va a gustar es el cubismo, pero el resto seguro que me gusta basante.
Un beso Maien, magnifico post como siempre
Bueno, me da la sensación de que nos pasa a todas un poco lo mismo. De todas maneras fíjate en los colores de la etapa cubista, los usa de una manera muy especial y en el cuadro de la mujer del piano, para mi tiene algo que lo hace diferente. Un beso
Esto no es un post ,es ya una clase magistral. Enhorabuena. Me ha gustado mucho conocer la historia de la pintora y me ha gustado “Niño del helado”
Gracias Rus, es que me impresionó mucho la historia.Cómo problemas que en una época condicionan la vida de alguien en otra se pueden resolver. Probablemente hoy algo le habría podido mejorar la cirugía estética, pero lo es seguro es que no habría culpado a su madre y ninguna de las dos habría vivido con ese dolor. A mi también me encantó el niño del helado
[…] (Hasta el 13 de enero en el Museo Thyssen). El Arte de Cartier (Hasta el 17 en el Museo Thyssen) y María Blanchard (Hasta el 25 de febrero en el Museo Reina […]
[…] María Blanchard (Hasta el 25 de febrero) […]