HA CERRADO Cuando una palabra o  concepto se pone de moda se suele abusar de su utilización desvirtuando a veces su verdadero significado. Un ejemplo claro es  “gastrobar”.  En principio, un gastrobar era un restaurante de tapas de un cocinero conocido, normalmente con estrellas Michelín, donde degustar comida de primer orden, digámoslo así, a precios asequibles.   El concepto se amplió un poco más para dar cabida a otros restaurantes de tapas sofisticadas y de muy buena calidad  elaboradas por cocineros no tan conocidos.

En cuanto se produjo la asociación gastrobar = calidad = buen precio todo el mundo decidió que su restaurante, tasca, asador o bodega era un gastrobar.  Por un lado, se ha extendido tanto que hay restaurantes al más puro estilo tradicional, con una oferta gastronómica mucho más amplia, que por el hecho de que tengan una barra donde tomar raciones  ya se llaman gastrobares. ¡Me parece un sinsentido! Al no poder competir con estos restaurante algunos gastrobares  decidieron reinventar su nombre y se llaman neotabernas. ¿Qué es una neotaberna? Ya escribí que el criterio que  se utiliza para diferenciarlos es que la neotaberna debe tener un neotabernero, es decir, un señor que conoce por el nombre y apellido a sus clientes.

Esta reflexión me ha llevado a preguntarme  si un sitio estupendo que conocí antes del verano, Juan y Pínchame, es un gastrobar o una neotaberna. Yo me inclinaría por que es un gastrobar, aunque el dueño o el encargado, la persona que nos atendió, te trata de la manera cordial y cercana de los taberneros de siempre.

Cuando lo descubrí me hizo mucha gracia el nombre. Me recordaba a cuando éramos pequeños y les decíamos a los mayores: “Juan y Pínchame fueron a bañarse. Juan se ahogó, ¿quién quedó?” y sobre todo nuestros pobres abuelos siempre contestaban “pínchame”, para hacernos felices.

La decoración de este pequeño local es muy sencilla y agradable y la cocina estupenda y a muy buen precio. La primera vez fui a cenar con un grupo de amigas y probamos varias cosas: pan de cristal con jamón ibérico ( otro día lo probé con  ventresca de atún y también estaba buenísmo), salmorejo, que estaba estupendo, también tomamos taboulé, una especie de ensalada fría a base de sémola de trigo donde las más apreciadas son el bulgur y el cous-cous, además de minihamburguesas y  provolone. ¡Acabamos llenas!

También se pueden tomar copas

Cierra los domingos

Precio medio: 20 euros También cuentan con un menú de 11 euros que incluye un plato de cuchara diferente cada día

-Lo mejor: La comida

-Lo peor: había un poco de ruido

C/ Ponzano, 93 Teléfono 912 35 08 98 Mapa de situación