HA CERRADO Tengo que confesar que hasta hace una semana no había estado nunca en un restaurante donde se comiera en una cama, y me apetecía mucho, así que el miércoles fui a Laydown. Es una experiencia completamente diferente y, para mí, muy recomendable.
Nada más entrar me sorprendió que todo el restaurante es blanco y lo que ves es una sucesión de camas alineadas, con una mesita a los pies. Te sorprende, en serio. Desde mi punto de vista el que sea blanco es uno de los principales aciertos. Esa sucesión de camas en colores fuertes creo que le daría un cierto toque de “otrotipodeclub” menos apetecible para chicas. El blanco y el tipo de montaje invitan al coqueteo, a tontear con el señor o la chica de al lado :), no me extraña que además de como restaurante tengan éxito como after work. He estado buceando un poco en lo que hay escrito sobre Laydown y, al parecer, sus dueños se inspiraron en el Supper Club de Ámsterdam. No sé si conocéis esta ciudad, pero para mí es de las más alegres del mundo, y sus bares y restaurantes transmiten algo diferente.
Hay actuación en directo, y la chica que cantaba la noche que fui lo hacía francamente bien. Los fines de semana suele estar completamente lleno, y todo el mundo acaba bailando después de cenar. El tipo de gente que te encuentras en este restaurante es muy variado. desde parejitas más y menos jóvenes a grupos de amigos.
Comer tumbado no resulta incómodo, porque te puedes acercar la mesa lo suficiente para apoyar el plato, aunque nos explicaron que lo normal es usarla cono apoyo para el pan y la bebida y comer sobre las rodillas.
En cuanto a la comida, además de la carta, cuentan con un menú de 40 euros que fue el que tomamos. De primero probamos el risotto, que estaba un poco salado, y verduras con pasta y carne, con una salsa muy rica. De segundo, tartar de salmón y confit de pato. El postre era un helado de mango, fresquito y rico. la carta es variada con base en la cocina mediterránea. El vino de la casa es bastante bueno. También hay carta de cocktails.
Es un poco difícil encontrar el restaurante (hay que entrar hacia un lateral de la plaza y ectá en el bajo de un edifico). Si os fijáis, hay un cartel en la acera con una flecha.
Cierran a mediodía y los lunes y martes por la noche.
Precio medio 45 euros
– Lo mejor: la experiencia de cenar de esta manera y la decoración
– Lo peor: esto es una manía personal, lo admito, pero como hay que quitarse los zapatos, en verano, sin calcetines, para mí es muy desagradable comer viendo los pies de la gente.
C/ Plaza Mostenses, 9. Teléfono 91 548 79 37. Mapa del sitio
a mi me encanta
Es un sitio muy divertido y dsitinto, merece la pena conocerlo