Otro de mis descubrimientos de este otoño que merece la pena conocer es el restaurante La Cuchara. Cocina venezolana en pleno barrio de Salamanca que me ha sorprendido por su calidad.
El restaurante es propiedad del cocinero venezolano Leo Araujo y de Iva, su mujer. Araujo, que ya tuvo su propio restaurante en Venezuela, decidió abrir uno en Madrid hace cinco años. Adquirieron el local de un restaurante que acababa de cerrar y mantuvieron el nombre: La Cuchara. Al principio ofrecieron cocina para todos los gustos, española y algunos platos internacionales y poco a poco fueron introduciendo recetas de su país hasta que llegó un momento en que la carta es 100 por ciento venezolana.
El local es estrecho y alargado y está decorado de manera muy sencilla. Se le ha sacado mucho partido alineando las mesas y empleando tanto en mobiliario como en lámparas tonos claros. Hay un rincón muy agradable con una mesa grande más aislada para unas 6 u 8 personas.
Además del restaurante, disponen de un food truck que se puede alquilar para fiestas.
Con Leo la noche que fui a cenar
La cocina es típicamente venezolana y tengo que decir que en Madrid es el restaurante donde mejores la preparan. Tomamos un menú degustación, que Leo nos fue contando salpicado de anécdotas, compuesto de tres entrantes, dos segundos y dos postres. Para comenzar nos pusieron tequeños, el plato típico en todas las celebraciones -las abuelas venezolanas los tenían siempre, incluso escondidos debajo del mantel- patacones servidos con guacamole, pico de gallo y queso blanco venezolano y arepas de dos tipos: pelua, a base de carne mechada y queso y reina pepiada, llamada así en honor a una miss Venezuela, que se rellena de aguacate y pollo. Este plato indígena, aunque se comen en otros países de Sudamérica, es típico de Venezuela donde se inició su fabricación de modo industrial. De segundo tomamos chalupa de cachapa (pollo y queso) y pabellón criollo hecho a base de plátano macho, carne mechada, queso blanco y tajadas. De postre pedimos “tres leches”, también muy rico.
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