HA CERRADO El restaurante The Hall ocupa el espacio del antiguo Nodo, uno de los introductores  de la cocina de fusión en Madrid, así como de  un concepto nuevo de restaurante. Recuerdo que durante mucho tiempo celebrábamos casi todo en Nodo, porque a todo el mundo le parecía divertido. Además, organizábamos con frecuencia almuerzos de trabajo porque mi oficina se encontraba  a 500 metros.

Sólo la idea de volver a ese barrio, aunque fuera a un restaurante diferente, me atrajo desde el momento en que me enteré de la apertura de The Hall.  La semana pasada tenía un almuerzo de trabajo y quedamos allí.

El local se ha dividido en diferentes espacios, todos con una decoración muy atractiva y acogedora. Al entrar se encuentra una gran barra que nos anuncia la vocación de The Hall también como bar de copas. De hecho, tanto a la hora de las cañitas a la salida del trabajo como los viernes y sábados por la noche apuesta por la música.  Avanzando un poco hacia el interior del restaurante han creado una zona con mesas y sillones tipo cuarto de estar bonito y confortable, donde almorzar o cenar en un ambiente que, aunque parezca contradictorio porque el espacio es amplio  y diáfano, consigue transmitir sensación de intimidad. Incluso  una de las mesas se sitúa frente a una chimenea. Del otro lado del comedor la decoración cambia por completo, en esta se halla una barra de mármol rodeada de mesas y  sillones color  fresa en la que comí y me llamó la atención porque era  dónde más mesas de chicas había.  Mi acompañante era masculino, pero como reservamos a mi nombre… a lo mejor fue la impresión de una primera visita y nada más.

The Hall dispone también de terraza, que supongo que abrirán cuando empiece el buen tiempo. Da la sensación de que han corregido los problemas de exceso de ruido del antiguo restaurante.

Pedimos para compartir steak tartar vuelta y vuelta acompañado de una salsa muy rica que para mi gusto estaba en su punto de picante, es decir, no picaba tal y como lo habíamos pedido. También tomamos para compartir mejillones en salsa. De segundo, tataki de atún con ajoblanco, uno de los platos estrella históricos, y pollo tikka masala, que estaba delicioso y además a mí me encanta. No nos cupo el postre.

Quise probar el roast beef, pero sólo lo sirven los  domingos,  cuando ofrecen un rico brunch.

Lleva abierto muy poco tiempo, pero ya lo voy a incluir entre los sitios de moda de Madrid. La comida es rica, la decoración muy bonita y con los antecedentes y recuerdos del lugar triunfará antes de que me haya dado tiempo a publicar este post.

No cierra. Horario de 9 a 2 de la madrugada

Precio medio: 50 euros

– Lo mejor: El conjunto de restaurante y comida

– Lo peor: Nada que destacar en la primera visita

C/ Velázquez, 150 Teléfono 915 64 40 44 Mapa de situación